Dios es quién conoce toda nuestra vida. Él nos creó. Nos hizo maravillozamente complejos. No hablo solo de nuestro cuerpo, sino también de nuestra alma. La parte inmaterial de nuestra existencia.
Cuando vives un experiencia perturbadora, tu ser interior es afectado, pero como no vemos la herida, pensamos que todo está bien.
Dios en su infinita soberanía, nos entregó la manera de sanar esas heridas del alma. Y lo menciona, nada más ni nada menos, que en la oración modelo del Padre Nuestro.
"Perdónanos, como nosotros perdonamos a nuestros deudores".
He experimentado muchas veces el poder liberador del perdón. Digo "muchas veces", porque es una constante. Siempre podemos ser ofendidos y ante eso no habrá otra cosa que PERDONAR.
Toma un tiempo y pon a esa persona en manos de Dios y perdónala. Libérate de esa carga innecesaria. Sé libre en poder que Cristo da.
Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados.
Marcos 11:25 NTV
No hay comentarios:
Publicar un comentario