Siguiendo el tema de la semana ante-pasada quiero hablarles sobre crecer y ser de bendición.
Podemos observar a los recién nacidos.
El bebé en nada puede ayudar a los padres, él necesita de todo mientras se mantenga así. Pero cuando ya ha crecido suficiente estará listo para ser de ayuda en la familia, comenzando por cosas básicas como hacer su cama y barrer el piso.
Así es como nuestra vida de creyente debe ser, no debemos quedarnos en la etapa de bebé en donde nos deben dar 100% de atención durante el día y nada sabemos hacer. Debemos crecer para comenzar a ser de bendición.
Recuerda que no es agradable a los ojos de Dios cuando un hijo no ayuda a sus padres: "Honra a tu padre y a tu madre", cuando los padres necesitan algo y tú puedes darlo, la buena voluntad de Dios es que les des; ¡¡Y observa también que un bebé no puede honrar a sus padres!! porque nada sabe hacer, no puede ser de ayuda.
En un principio somos así, necesitamos leche, pero después crecemos y ahora necesitamos alimento sólido
porque debiendo ser ya maestros, en razón del tiempo, tenéis necesidad de que alguien os enseñe otra vez los primeros rudimentos de los oráculos de Dios, y habéis venido a ser como los que necesitan leche, y no alimento sólido.
Porque todo el que usa de leche, es inexperto en la palabra de justicia, porque es recién nacido;
pero el alimento sólido es de los perfectos, de los que por la práctica, tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
Hebreos 5:12
Práctica. Comenzar a hacer algo. No esperes a que te den un cargo especial en tu iglesia. Comienza ayudando en lo que puedas. ¡Hasta barrer el piso sirve! Y si lo hacemos, hagámoslo bien, como para el Señor.
Todo sirve, hasta tu diezmo de 100 pesos (porque recibes 1.000 pesos mensuales) sirve. No en sentido monetario, sino en el sentido práctico, comenzar a hacer algo.
Ya estamos grandes y tenemos que comportarnos como tales. Dios verá nuestra fidelidad en lo poco, y ahí Él nos bendecirá con más. Pero de a poco se empieza.
Antes de que me mandaran a predicar adelante la primera vez yo estuve años ayudando a colocar el equipo, micrófonos y el teclado cuando era pequeño. Nadie veía eso porque es un trabajo que no se ve a simple vista, pero la idea no es hacer cosas en la iglesia para que nos vean.
Da lo mismo cuántos años lleves en el evangelio porque todavía hay adultos de edad que en realidad siguen siendo niños que necesitan leche.
Pero en cuanto a nosotros, jóvenes:
No permitas que nadie te subestime por ser joven. Sé un ejemplo para todos los creyentes en lo que dices, en la forma en que vives, en tu amor, tu fe y tu pureza.
1 Timteo 4:12
¡Dios te bendiga!
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