martes, 13 de noviembre de 2018

Una gran oración



A veces un GRAN problema tratamos de solucionarlo por medio de una GRAN oración.

Cuando iba en 8vo básico tenía dos compañeros con los que más me juntaba. Llamémosles: Pedro y Juan.

Mis compañeros no eran amigos entre ellos, pero yo era su amigo en común; así que los invitaba por separado a mi casa de vez en cuando para jugar.

Un día, Pedro me dice que tiene envidia de Juan por ser amigo mío.
Yo quedé sorprendido, pero decidí no darle importancia suponiendo que era cosa de tiempo no más que el asunto pasara a segundo plano.

Lamentablemente no pasó eso, Pedro de vez en cuando no trataba muy bien a Juan cuando se encontraban.

Un día invité a Pedro a mi casa, y cuando terminamos de jugar y me despedí me dijo "no te juntes más con Juan, ¡mátalo!".
Yo quedé tipo:   o_o?

Igual lo dijo en tono de broma, pero ahí supe que la cosa andaba en serio y este asunto iba de mal en peor.
Así que no me quedó más que tomar cartas en el asunto.


ZAAAAAAAAAAA

¡A DONDE LA VISTE!

Tenía como 13 años. ¿Cómo voy a andar pensando en ayunar a esa edad? 3:

Uno de esos días me preparé la once después de preparar las cosas en la iglesia (era día del culto). Y ahí mismo en mi oración por la once le pedí a Dios que solucionara el problema.
"Gracias Señor por la once, bendícela, y que mi amigo Pedro ya no le tenga mala a Juan. Amén."

Al día siguiente empecé a notar el cambio. Pedro ya no trataba mal a Juan, y al día subsiguiente Pedro me dice "oye ¿sabes qué? ya no me cae mal Juan".

Y así se logró solucionar el problema. Con una oración corta por la once. 😅

En todo caso no es por menospreciar el ayuno, pero igual a veces pensamos que un gran problema se DEBE solucionar con una gran oración.

Supongo que es como nuestro Señor dijo: mientras permanezcamos en Él, pidamos todo lo que queramos y nos será hecho.

Dios te bendiga.
 

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