martes, 16 de octubre de 2018

Un trago amargo

 Te voy a contar lo que pensaba cuando se acercaba la hora de dar mi tésis para poder graduarme de Ingeniero Informático.

 Nuestro grupo tenía su presentación tipo 10:00 a.m.; Nosotros, lógicamente llegamos muchísimo antes para poder repasar y asegurarnos de que no ocurriera ningún imprevisto que pudiera mermar nuestra presentación, estábamos medio-paranóicos porque el día anterior vimos cómo a uno de nuestros compañeros que estaba dando su tésis le pasaban puros imprevistos ... uno tras otro, error tras error. Quedamos con preocupación y miedo.

Yo veía mi reloj de vez en cuando, confirmando la hora, viendo cuánto nos quedaba para asegurarnos de que todo estuviera OK (de hecho encontramos imprevistos, pero los encontramos y resolvimos mientras revisábamos). La presentación era a las 10:00 a.m. y estábamos muy nerviosos.

Mientras veía mi reloj yo oraba dentro de mí a Dios diciéndole "Me encantaría adelantar el tiempo hasta que sean las 12:00 y no tener que pasar por esto". Definitivamente por el exceso de nervios y el miedo a fallar en esta hora tan crucial es que deseaba esto en mi corazón. Y NO LO DECÍA EN BROMA, que les quede bien claro.




 Luego reucuerdo a Jesús en Getsemaní, antes de que se entregara. Orando con angustia en su alma, pidiéndole a nuestro Padre que, si fuera posible, no tuviera Él que pasar por lo que iba a acontecer.

Y les dice: Una tristeza mortal sobrecoge mi alma. ¡Esperen aquí y vigilen!
Y yendo un poco más adelante, se postraba en tierra y oraba que si era posible, pasara de Él aquella hora.
Y decía: ¡Abba (Padre), todas las cosas son posibles para ti! ¡Aparta de mí esta copa! pero no lo que Yo quiero, sino lo que Tú quieres.
Marcos 14:34-36

Definitivamente no vamos a poder sacarnos de encima la posibilidad de que nos pase algo similar. Imagínate a ti, por ejemplo, mientras sabes que tus hermanos y hermanas están (a tus espaldas) proliferando rumores falsos, que tienes la culpa cuando sabes que es todo un malentendido.

 Todos pasamos por momentos difíciles, ESA COPA AMARGA. Y no sólo tú. Los líderes y pastores también pasan por eso, NADIE QUEDA COMO EXCEPCIÓN. Ni siquiera nuestro Señor Jesús se salvó de tal experiencia.

Tú dirás: "A nadie le gusta".
Pero yo te digo: "A nuestro Señor tampoco le gustó. Pero antes que sus gustos, Él puso por delante la voluntad de Dios".

Si Jesús no escapó de eso ... entonces nosotros tampoco deberíamos intentar escapar. Tenemos que enfrentarlo y resistir al igual que nuestro Señor lo hizo.

Sí, era la voluntad de Dios de que nuestro Salvador pasara por todo eso, todo eso estaba dentro del plan de salvación.
¿Tal vez es la voluntad de Dios que estemos pasando por esos momentos amargos?
Hay que admitir que muchas veces "metemos la pata", pero también hay veces en que estos momentos llegan sin avisar, como si nada.

No obstante, nuestro Señor Jesús nos deja un consuelo:

"Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tienen aflicción, PERO ANÍMENSE, Yo he vencido al mundo."
Juan 16:33

Dios te bendiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario