Desde dos
semanas antes de dar mi examen de grado comencé a ponerme muy nervioso. No me podía
concentrar cuando estudiaba y parecía que no sabía nada. Ya veía que en esas dos
semanas no iba a alcanzar a repasar lo que me faltaba.
Di mi examen
este martes 25 de abril que recién pasó. El día lunes estaba muy mal. Hice una simulación
del examen de grado, lo aprobé muy bien, pero para mí no era más que un ensayo
más. Margaret (Mi hermosa novia) buscó en internet maneras de relajarme de los nervios: respirar
hondo, tomar unas hiervitas, hacer deporte, etc. Recordé una vez que un profesor
de la universidad nos enseñó “la mejor manera para no ponerse nervioso”: era pensar en un momento
bello que uno haya vivido. Entonces me puse a pensar en la playa, cuando me
acostaba relajado y luego jugaba con Margaret en el agua y con la Elisa (mi pequeña sobrina).
Hice todo lo
anterior, pero cuando terminaba de hacerlo volvía inmediatamente la tensión y
el fuerte dolor de estómago, que no me dejaba comer, eso ya era mucho, para mí
por lo menos, jajaja.
Llegó el
esperado momento y me fui a duchar, en ese momento comencé a cantar alabanzas a
Dios, y ¿sabes? todo ese miedo se fue de inmediato, se esfumó, la
presencia de Dios me inundó. No volví a sentirme mal hasta hoy mismo. Aun
cuando me tocó dar mi examen estaba muy nervioso, pero la verdad que no tenía
rastro de esa angustia.
Lejos lo mejor que podemos hacer en la angustia, es buscar al Señor. Solo Él tiene la paz que tanto necesitamos en esos difíciles momentos.
El Señor me dio
la victoria y pude aprobar ante una comisión de profesores implacables, que
habían reprobado a los dos estudiantes que rindieron su examen antes que yo.
Te confieso que no fue un examen fácil, estuvieron más exigentes de lo
acostumbrado, pero con el Señor no hay nada imposible y Dios tomó el control de
esos profesores. Solo Dios pudo tocar sus corazones para tener un grado de
paciencia cuando respondí mal y me dieron la oportunidad de rectificar la
respuesta.
¡Toda la Gloria
sea para Dios!
En mi angustia invoqué a Jehová,Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
Salmo 18:6 RVR60
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