martes, 2 de mayo de 2017

Mi Dios; Mi Paz.


Desde dos semanas antes de dar mi examen de grado comencé a ponerme muy nervioso. No me podía concentrar cuando estudiaba y parecía que no sabía nada. Ya veía que en esas dos semanas no iba a alcanzar a repasar lo que me faltaba.


Di mi examen este martes 25 de abril que recién pasó. El día lunes estaba muy mal. Hice una simulación del examen de grado, lo aprobé muy bien, pero para mí no era más que un ensayo más. Margaret (Mi hermosa novia) buscó en internet maneras de relajarme de los nervios: respirar hondo, tomar unas hiervitas, hacer deporte, etc. Recordé una vez que un profesor de la universidad nos enseñó “la mejor manera para no ponerse nervioso”: era pensar en un momento bello que uno haya vivido. Entonces me puse a pensar en la playa, cuando me acostaba relajado y luego jugaba con Margaret en el agua y con la Elisa (mi pequeña sobrina).


Hice todo lo anterior, pero cuando terminaba de hacerlo volvía inmediatamente la tensión y el fuerte dolor de estómago, que no me dejaba comer, eso ya era mucho, para mí por lo menos, jajaja.

Llegó el esperado momento y me fui a duchar, en ese momento comencé a cantar alabanzas a Dios, y ¿sabes? todo ese miedo se fue de inmediato, se esfumó, la presencia de Dios me inundó. No volví a sentirme mal hasta hoy mismo. Aun cuando me tocó dar mi examen estaba muy nervioso, pero la verdad que no tenía rastro de esa angustia.

Lejos lo mejor que podemos hacer en la angustia, es buscar al Señor. Solo Él tiene la paz que tanto necesitamos en esos difíciles momentos.

El Señor me dio la victoria y pude aprobar ante una comisión de profesores implacables, que habían reprobado a los dos estudiantes que rindieron su examen antes que yo.

Te confieso que no fue un examen fácil, estuvieron más exigentes de lo acostumbrado, pero con el Señor no hay nada imposible y Dios tomó el control de esos profesores. Solo Dios pudo tocar sus corazones para tener un grado de paciencia cuando respondí mal y me dieron la oportunidad de rectificar la respuesta.

¡Toda la Gloria sea para Dios!

En mi angustia invoqué a Jehová,Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
Salmo 18:6 RVR60

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