martes, 16 de mayo de 2017

3 Consejos para tu llamado específico

Dios tiene un llamado especial para cada uno de nosotros. Por un lado, tiene el llamado general a servirle, y por otro, el llamado específico para cada persona.
Es muy importante que consideres estos 3 consejos:

1. Es tu responsabilidad descubrir para qué Dios te ha llamado.

Ora, busca en la Biblia, mira lo que te gusta hacer, mira tu caminar con Dios en todos estos años y trata de encontrar la línea que Dios ha trazado para ti. Explora nuevas áreas que te puedan interesar. Todos tenemos un aroma distinto para elevar a Dios en adoración. El Señor nos creó únicos y así es como Él nos quiere en su llamado particular. Si encuentras que en tu iglesia no hay un grupo, departamento, sección o como lo llames donde puedas desarrollarte, ¿Por qué no creas uno tu mismo? Es maravilloso ser un pionero e innovador, porque no siempre estará todo hecho de antes. Y pienso que es genial comenzar algo que nunca antes lo hizo. Es una huella que puedes dejar para siempre, y quizá, no sabes lo que Dios pueda llegar a hacer con un nuevo proyecto. 
No existe la persona que te diga: "Mira Alejandra, este es tu don". Porque si existiera, todos haríamos una fila para que nos diga a todos para qué somos buenos, ¿no crees? jajaja.
Es bueno buscar orientación en tus pastores y líderes, quienes te aman, te conocen mejor y desean verte siendo usado por Dios. Pero, nunca olvides que la decisión final será tuya, es tu vida, y no la desperdicies en algo para lo cuál Dios no te ha llamado!!!

2. Una vez que lo descubras, entrega la mayor excelencia que puedas y da lo mejor.

Dar lo mejor es concentrarse día a día en mejorar lo que haces. Una persona que crece tiene expectativas, no se siente conforme con lo que ya ha logrado, sino que piensa que aún le falta mucho por aprender. Tener esa actitud te librará de muchos golpes y tropiezos, porque quienes piensan que ya han llegado a "cierto nivel", comienzan una curva descendente hacia la mediocridad y a la monotonía espiritual.
Nunca dejes de aprender!!!

3. Nunca te apartes de lo que Dios te llamó a hacer. Nunca, nunca, pero nunca!!!

Voy a utilizar una historia ficticia que me impactó mucho, y que compartió Dante Gebel en su cuenta de Facebook y, hace poco la mencionó en el libro "Asuntos Internos" de Editorial Vida, donde compartió la autoría con Lucas Leys. Si tuvieras la oportunidad para leerlo, hazlo, es un muy buen libro, te lo recomiendo 100%.

Aquí va la historia:

Un niño le dice al padre: "Papá, tu sabes la diferencia entre "teoría y práctica"?"
Por supuesto, pero puedes averiguarlo por ti solo. Pregúntale al tecladista de la iglesia si sería capaz de abandonar el ministerio y tocar para el mundo.
¿Y eso que tiene que ver con mi pregunta?
Tu hazme caso, dice el padre.
Así que el niño va y le hace la pregunta al tecladista, el cual responde muy enojado y seguro: "Jamás!! mi talento es solo para el Señor!".
Muy bien, le dice el padre al niño, ahora pregúntale si sería capaz de abandonar el ministerio y tocar para el mundo si un cantante famoso le ofreciera 50.000 dólares por cada concierto.
El niño regresa con el tecladista y le pregunta si sería capaz de abandonar todo y dedicarse al mundo a cambio de 50.000 dólares por concierto, el cual duda un instante y dice: "bueno por cincuenta mil tendría que pensarlo y ponerlo en oración...". El niño regresa con el padre y este le dice: "Paso a explicarte la diferencia entre 'teoría y práctica': en teoría, en la iglesia tenemos a un tecladista consagrado y enfocado en el ministerio, pero a la práctica tenemos a un hipócrita encubierto que se prostituye a la primera oferta!!!

El asunto no es si es el tecladista, aquí se usó solo a modo de ejemplo. Perfectamente podría haber sido el bajista, el baterista, el pastor, el líder o el diácono (En realidad puede ser cualquiera que sirve al Señor, tú mismo incluso). El punto central es que si Dios te ha llamado a servirle y tienes claro dónde, no tendrías porqué moverte de ahí. ¿Qué es lo que buscas? ¿Fama, dinero, mover las multitudes como la iglesia de moda, ser reconocido como un ungido, o realmente servir a Dios donde Él te llamó?
Una cosa es decirlo y otra cosa muy distinta, es colocarlo en práctica. Es mi deseo que el Señor te permita a ti y a  mi a servirle de todo corazón en su maravilloso llamado.

Por lo tanto, yo, prisionero por servir al Señor, les suplico que lleven una vida digna del llamado que han recibido de Dios, porque en verdad han sido llamados.
Efesios 4: 1 NTV

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