La creación al servicio del propósito de Dios; una estrella tuvo el privilegio de anunciar tan especial nacimiento.
Los magos de oriente lo comprendieron y buscaron al Rey de los judíos, ¿por qué su pueblo no vio el cumplimiento de su promesa? Estaban enceguecidos y sordos. Al que esperaron por siglos y enseñaban en las reuniones de sus sinagogas con las profecías de las Escrituras, pero...
La señal fue obvia solo para los que tuvieron la disposición de entenderla.
Mientras, los del pueblo se movilizaban para un censo: dinero, hospedaje, alimentación, distancia, familia; sus circunstancias los dejaban estresados y les hicieron perder lo que anhelaron por siglos. No obstante, nació en Belén el Rey del que Daniel y Miqueas profetizaron. Era fundamental estar atentos a los tiempos.
Y nosotros… ¿los entendemos?, ¿nuestros ojos espirituales están alerta?, ¿estamos listos para ver al Mesías, al Cristo, al Salvador, al Rey…; o perdimos la promesa?
¡Despertemos!, ¡es hora de sensibilizarnos con lo que Dios quiere y que nada nos distraiga de su propósito eterno!
Debemos estar alerta porque como Cristo nació, vino al mundo para salvarnos, prometió que pronto regresará. No nos vaya a pasar lo mismo que les ocurrió a los israelitas, que ni se percataron del maravilloso suceso del nacimiento del Mesías. Adoremos a Cristo, él merece toda nuestra atención, honra y gloria.
«¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos su estrella mientras salía y hemos venido a adorarlo».
Mateo 2:2 NTV
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