¿A quién no le ha pasado que se encuentra con una persona pesada o amargada? Una persona que uno quisiera viviera muy, pero muy lejos.
Claramente, no todos son así y uno puede hallar personas amables en lugares impensados. En tu trabajo o lugar de estudios puede toparte con personas que Dios puso como un aliciente al frío trato del mundo.
Está comprobado por la mercadotecnia que una empresa que se percibe cercana a las personas es más exitosa. Los trabajadores amables hacen que el cliente desee volver a comprar ahí. Eso, se lo copiaron al Señor en su Palabra cuando dijo lo siguiente:
Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor.
Efesios 4:2 NTV
De la misma forma que es desagradable estar y relacionarse con alguien áspero. Por otro lado, uno sí desea volver a compartir con alguién que es amable. Dios nos habla de ser amables con los demás, porque sabe los efectos que trae aparejada está excelente actitud.
¿Sabías que las personas amables están en exintición? Nadie quiere ser empático. Nadie desea ceder en su comodidad para ayudar a otros.
Tuve un jefe de práctica muy pesado. Retaba porque le gustaba hacerlo. Siempre andaba con el ceño fruncido. Buscando el error para restregarmelo en la cara frente a los demás practicantes.
Oré a Dios por él para que cambiara. Eso produjo varias cosas positivas:
1. Poco a poco me empezó a tratar mejor y hasta hacía chistes para que me riéra. Hasta me empezó a pedir las cosas "por favor".
2. Yo no me quedaba callado sino que le contestaba sus pesadeses. Pero, siempre con respeto. Y él me decía: "ok".
3. El Señor permitió que en una oportunidad yo predenciara cuando mi jefe tuvo un conflicto con un juez. Ese juez retó a mi jefe con tanta vehemencia que hizo que él bajara su orgullo y se quedará calladito.
4. Aprendí una lección: Que mientras estuviera en mis manos, nunca comportarme como un amargado y pesado con los demás. Dije: "jamás quiero ser como mi jefe."
Como jóvenes perdemos rápidamente la paciencia y tratamos mal a quienes nos rodean, sin siquiera tener algo de culpa en lo que nos pasa.
En realidad, no cuesta nada ser amable. Cuando uno trata con alguien que es respetuoso, de verdad que sí hace la diferencia.
Te animo a que seas la diferencia en este aspecto y que seas reconocido por tu trato respetuoso con los demás.
Dios te bendiga!!!
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